Una de las causas más frecuentes de ceguera adquirida es el glaucoma. Lo puede sufrir hasta el 3 % de los adultos mayores de sesenta años. Una vez desencadenado, las lesiones que produce son irreversibles. El tratamiento médico o quirúrgico puede detener su progresión. ¿Sabes en qué consiste y cómo evitarlo?

¿Qué es el glaucoma y a qué se debe?

Es una enfermedad del ojo debida a una acumulación de humor acuoso intraocular. La causa principal es un obstáculo en el drenaje del humor acuoso a través del ángulo iridocorneal. Como consecuencia, se va acumulando el líquido en la cámara posterior del ojo (entre el cristalino y el cuerpo vítreo) y se eleva la presión intraocular (PIO). Cuando esta alcanza valores de 24 mm Hg se está gestando o se ha instaurado la enfermedad.

Tipos de glaucoma más habituales

Al principio, no suelen haber síntomas que indiquen su presencia. Los casos más habituales de glaucoma son:

  • Primario de ángulo abierto. El tipo más frecuente. Suele ocasionar poco dolor y la pérdida de visión es gradual. A medida que progresa la enfermedad van apareciendo puntos ciegos de visión, de forma que no se suele notar la pérdida hasta que la enfermedad ha avanzado bastante.
  • De ángulo cerrado. Tiene lugar cuando el iris contacta en el extremo con la córnea, lo que bloquea el ángulo de drenaje. Esto ocasiona un aumento rápido de la presión intraocular, provocando un ataque agudo. Cuando se produce este ataque, se sufre repentinamente de visión borrosa, intenso dolor en el ojo, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y visión de halos alrededor de las fuentes luminosas.

¿Cuándo hay riesgo de glaucoma?

Las personas mayores de 40 años con antecedentes familiares tienen mayor riesgo de padecerlo, especialmente si sufren:

  • Presión intraocular elevada.
  • Hipermetropía o miopía elevada.
  • Antecedentes de traumatismos oculares.
  • Uso de esteroides de larga duración.
  • Diabetes.
  • Migrañas crónicas.
  • Hipertensión arterial.
  • Mala circulación sanguínea u otros problemas de salud general.

Cómo lo diagnosticamos y tratamos en nuestra óptica en Getafe

Mediante un examen ocular completo, medición de presión intraocular, inspección del ángulo de drenaje, exámenes computerizados del nervio óptico, medición de la visión periférica y determinación del grosor corneal. Algunos de los tratamientos son:

  • Colirios para reducir la PIO, facilitando la salida del humor acuoso.
  • Betabloqueantes, que reducen la producción de humor acuoso.
  • Estimulantes adrenérgicos: adrenalina y precursores.
  • Inhibidores de la anhidrasa carbónica.
  • Instrumentales con láser y quirúrgicos (trabeculectomía).

Dado que la mitad de las personas con glaucoma son asintomáticas, es aconsejable consultar con un profesional y hacer revisiones periódicas desde los 40 años de edad. Si no es tratado, ocasiona pérdida de visión que puede llegar a la ceguera total.

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